El ictus es la tercera causa mundial de discapacidad y la incapacidad para caminar es una consecuencia frecuente y una de las más graves. Entre el 20 y el 25% de todos los supervivientes a un ictus son incapaces de caminar sin una ayuda física completa y nunca recuperan la capacidad funcional. Necesitan una silla de ruedas de por vida y sufren los problemas de salud y desórdenes sociales y emocionales que esto provoca.
De tal forma que cualquiera de los millones de discapacitados a causa de un ictus postrados en una silla de ruedas en todo el mundo puedan beneficiarse de ellas cuando abandonan el hospital y vuelven a casa. El objetivo no es rehabilitar sino ayudarles a levantarse y caminar, mejorando de esta forma su calidad de vida y su salud y devolviendo la ilusión y esperanza tanto a ellos como a sus familias.
Nuestra visión es la de un mundo en la que ni el precio, ni las dificultades de acceso ni la ergonomía sean un obstáculo para beneficiarse de las tecnologías que hoy pueden hacerlo posible.